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lunes, 25 de abril de 2011

dos breves

En esta sociedad donde prima el rendimiento y lo "instantáneo", la tarea de escucha, a la que no se reconoce ningún efecto visible en el momento, con unas técnicas que carecen de protocolo  y sin requerir de aparataje ni industria que la sustente,  es una tarea que tiene poca cabida institucional.

Viviendo en la -autodenominada- sociedad del bienestar, el malestar es intolerable. Así que el sufrimiento -aunque sea lógico, consecuente, e incluso ayude al individuo- ha de ser abolido, negado o, al menos, combatido.

6 comentarios:

Blog salud mental dijo...

Pues para ser breve, dices mucho y muy cierto.
Un saludo, Miguel. Aunque últimamente no acostumbro a comentar demasiado, te sigo los pasos.
Esther.

todopsicologia dijo...

Seneca ya conocía las bondades de la escucha, de lo necesario para los humanos del "sentirse escuchado", cuando decía aquello de los evidentes beneficios que se obtenían de "la charla" prolongada, de la conversación.
En las instituciones no tendrá cabida la escucha, pero tu me dirás entonces que valor tiene el resto de lo que se pueda hacer, si algo tan básico.
El mundo de Montag es una realidad, aunque los libros no se queman, se digitalizan para ser leidos por nadie (uj, hoy me levanté pesimista...).
Abrazos

Miguel dijo...

Gracias Esther por tu comentario.
Un saludo.

Miguel dijo...

Jesús hay días que podríamos juntarnos y hacer la fiesta más deprimente del momento. Llamamos a José Luis Sampedro y unos cuantos tipos alegres más y a debatir sobre la caida del mundo occidental y el final de la humanidad, ahogada por si misma....
Pero es verdad en la institución no tiene cabida la escucha por que no cabe la queja. Hay un discurso cerrado, pagado de si mismo que no tolera las queja, la disidencia, el "algo estamos haciendo mal". Y sin autocrítica novamos a ningún sitio.
Abrazos.

Sergio Oliveros Calvo dijo...

Lo mismo digo, Miguel. Es la primera vez que veo que sales del buenrollismo, como dice Dr. Bonis, pero es que no queda otra. Me encantan los congresos de la Sociedad Europea de Psiquiatria que, en contraste con la APA, tiene este discurso. No sabemos casi nada, tenemos que aprender desde la crítica, la observación y el debate. Cuando estuve en Yale, participé en un estudio basado en dedicar media hora a escuchar a la mitad de los pacientes que iban a ser laparotmizados. Los que eran escuchados tenían menor estrés frente a la intervención, menor tasa de complicaciones postoperatorias y menor estancia hospitalria. Creo que no hay nada más que decir. Si esto es así para una cirugía, qué no será para un esquizofrénico, un alcohólico, un distímico, un obsesivo o un borderline que aguarda media hora en la sala de espera para que un psiquiatra DSM IV TR le pregunte cuatro cosas sin apenas mirarle a los ojos, abra el talonario para hacerle las recetas y, tras cumplimentarlas, de por finalizada la visita en no más de 5 minutos. Esto de los blogs tiene un efecto indudable. Agita de la manera más eficaz las conciencias. Enhorabuena y mucho ánimo, amigo pitiuso.

pere dijo...

a propósito de *simplemente* escuchar, llama la atención lo que puede hacer ..
http://www.successfulschizophrenia.org/articles/ndlisten.html
(en inglés)
saludos,
Pere

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